Nadie en su sano juicio diría que el actor Benedict Cumberbatch es feo. Al menos a día de hoy, y el que lo diga pasará a la lista negra de millones de hombres y mujeres deseosos de hincarle el diente, algo bastante improbable.
Podemos achacarle un abundante curvatura de sus pómulos o unos ojos inusualmente separados como un alienígena bellísimo. ¿Pero feo? Pues los miembros ejecutivos de la BBC no tuvieron otra reacción que la de opinar: “nos habíais prometido a un Sherlock muy atractivo, no a él”. Decían que “si no era sexy” para dar vida a Sherlock. Supongo que esas reticencias estarían influenciadas por la película de Guy Ritchie en la que Robert Downey Jr. y Jude Law representaban al misántropo detective y su amigo. ¡Pues se equivocaron de lo lindo! No hay nada peor que vivir de las comparaciones, las dos parejas son diferentes y verosímiles, y lo mejor de todo, que nos ofrecen dos versiones del libro de Conan Doyle, por lo que es enriquecedor.
Y es que Cumberbatch, no sólo es absolutamente un gentleman híper atractivo, sino un actor de talento. No podría imaginar otra pareja más ideal que Martin Freeman y Benedict Cumberbatch, interpretando el dúo más bizarro de Baker Street en la televisión.