Aquí no sé por donde empezar por que no vale decir «todas». Bueno, no todas, pero casi.
Tanta alegría tuve por el éxito de mi favorita Kate Winslet cuanta decepción me llevé por su vestido. Es un vestido largo y asimétrico de Stefano Pilati de Atelier Yves Saint Laurent de un color muy bonito pero este elemento con encaje definitivamente es de sobra. Quedaría mucho mejor sin este detalle. Pero por lo sincera y lo buena actriz que es le perdono todo.
No puedo decir que el vestido de Marion Cotillard está mál del todo. No es gran sorpresa que el vestido es de Dior Couture: la actriz francesa es la imagen de Dior. No puedo definir qué es lo que exactamente no me gusta en este vestido. No me gusta simplemente.
Entiendo, todos estamos muy contentos, por fin nuestra querida Penélope Cruz se llevó la estatuilla, pero no entiendo la exaltación sobre su vestido. Si en el caso de Anne Hathaway el vestido blanco y la piel blanca da la sensación de fragilidad e inocencia pues en el caso de Penélope la sensación es todo lo contrario. El modelo vintage de Pierre Balmain se parece al traje de novia. Parece que Pe viene a casarse con el Oscar. Además la falda es muy «rococó«, me recuerda las cortinas de la casa de Madame de Pompadour.
Otra amante de cortinas, Jessica Biel. Dicen que es Prada pero yo diría que son cortinas de raso de la casa de Jessica. Algo sin forma y sin color. Mejor ir desnuda que así, en plan «polilla». Y el peluquero de Jessica se ha ido urgentemente de vacaciones por eso la actriz tuvo que apañárselas ella solita.
Pero todo esto no es nada comparado con el dilema de Beyonce. Otras damas por lo menos no tienen vínculos familiares con los diseñadores de sus vestidos. En el caso de Beyonce todo es complicado. Resulta que el vestido de la cantante es de la marca de su propia madre. ¿Y que no haría Beyonce por el amor a su madre? Pues haría lo que sea. Hasta es capaz de poner este horroroso vestido en el que Beyonce parece a una muñeca rusa.
El vestido de Bridget Fonda es simplemente incalificable. ¿Un camison? ¿Una bata para estar por casa?
¿Qué pasa con el vestido de Natalie Portman? Pues no pasa nada. Precioso vestido de Rodarte. ¿Qué hace entonces Natalie Portman aquí? Por regalarnos la paradoja del año: por tener las marcas del bronceado sin tener el bronceado. Curioso ¿verdad?
¿A quién le vamos a tirar los tomates pochos? ¿O tendrémos la piedad con las pobrecitas?
Via: FadedYouthBlog
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