El marido de Amy Winehouse (aunque de marido le queda poco) ha dado con sus huesos (de nuevo) en la cárcel. Blake Fielder-Civil ha violado su libertad condicional al haber consumido drogas otra vez.
El «sex-machine» de Blake no ha podido resistir mucho tiempo sin recaer en su deplorable vicio. Después de reconocer hace unos días que estaba arrepentido de haber inducido a Amy a tomar drogas y haber sido responsable (en parte) de «arruinar» su vida.
Normal que Amy declare que lo único que le unía a Blake era el sexo, ¡este chico es un completo desastre!