El fin de los Serrano: Un mal sueño

Si hubiese que definir con una palabra el final de ‘Los Serrano‘, lo tengo claro: PATÉTICO.

Despertar de un sueño (o pesadilla) que se prolonga durante siete temporadas es lo más absurdo que cabía esperar. Por no decir nada de hacer una recreación del primer episodio con unos niños «demasiado creciditos» y con alguna ausencia más que destacable.

No es que la serie valiese mucho desde que Marcos (Fran Perea) y Eva (Verónica Sánchez) se fuesen, pero las últimas temporadas han sido insoportables.

Hubo un tiempo en el que Diego Serrano (Antonio Resines) nos hacía reír, los tics del personaje fueron perdiendo su frescura y gracejo para llegar a aburrir (o casi dar ganas de llorar).

Belén Rueda (que interpretó magistralmente a Lucía) saltó del barco a tiempo- Quizás supo ver que el argumento de la serie comenzaba a naufragar ya que sus historias, cada vez más aburridas, le conducía inevitablemente a la deriva.

Con este panorama, Globomedia y Telecinco no han tenido más opción que matar la que fue «gallina de los huevos de oro», y es que la pobre ahora, ya no valía ni para caldo.

Me gustaría agradecer a los actores los buenos momentos que nos han dado, sobre todo a los que comenzaron siendo niños y hoy ya son adultos, Curro, Guille y Teté (Jorge García, Víctor Elías y Natalia Sánchez). Espero que consigan en trabajos futuros quitarse el «San Benito» que les ha caído con la serie. A todos los demás, Antonio Molero, Jesús Bonilla, Alejo Sauras, etc (que saben que hay vida más allá de Santa Justa) les deseo lo mejor en sus nuevos proyectos y les pido, ya que son actores consagrados, que la próxima vez no dejen que sus personajes agonicen en una serie que debería haber terminado hace unas cuantas temporadas.