Miley Cyrus últimamente revoluciona cualquier evento al que acude. No sé si es su forma de ser o una arriesgada estrategia de márketing (que puede que funcione o puede que se vuelva contra ella). Pero es un hecho que el nombre de Miley ya es un sinónimo de escándalo.
Esta semana la cantante participó en el concierto navideño Jingle Ball el Los Ángeles, organizado por la cadena de radio KIIS FM. Y como se trata de un concierto navideño, la presencia de Santa Claus es obligatoria. Y Miley no perdió la gran oportunidad te montárselo con el Santa. Enfundada en un conjunto de lentejuelas rojas, bolsito peludo de Chanel, zapatos estrafalarios y micrófono en forma de un caramelo navideño. Miley Cyrus y Santa Claus con una botella de alcohol en la mano bailaron el famoso baile twerking que imita el acto sexual.
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Antes de la actuación Miley Cyrus se apenó en Twitter de que en el concierto no estará presente su madre, Tish Cyrus:
«Me da miedo actuar sin mi mami. Mucho mejor cuando ella está conmigo.»
Y yo creo que a la mami de Miley le da miedo de ver su hija actuar y por eso ella busca cualquier excusa de no acudir.
No cabe duda de que Miley Cyrus este año ha sido una niña muy mala, muy mala. ¿Qué le traerá Santa Claus?