La hija de Michael Jackson a principio parecía una mosquita muerta. Pero estaba claro que con la adolescencia con al peculiar condición familiar esta niña tiene mucha capacidad para sorprendernos. Y no muy bien precisamente. La semana pasada Paris Jackson intentó acabar con su vida. No es nada de otro mundo, muchos a los 15 años tienen pensamientos estúpidos, algunos incluso intentan cumplirlos y unos pocos lamentablemente lo consiguen.
Menos mal no es el caso de Paris. Pocas semanas antes del aniversario de la muerte de Michael Jackson, su niña tomó muchas pastillas se cortó las venas. Pera la encontraron a tiempo y ella fue trasladada a un hospital. Su vida esta fuera del peligro.
Resulta que Paris todavía sigue muy triste por la pérdida de su padre. Además ahora está pendiente el juicio por la muerte del Rey del Pop en el que Paris tenía que declarar como testigo. Y la época de los exámenes desde luego no ayuda.
Paris nunca ocultaba su estado de ánimo. Últimamente en su Twitter se puede leer mensajes como:
«¿Porqué las lágrimas son tan saladas?»
Luego una cita de la mítica canción de The Beatles «Yesterday» y demás cosas tristonas:
«Ayer todos mis problemas parecían tan lejanos ahora parece que están aquí para quedarse.»
«Cada vez que intento disuadirme no lo consigo y yo constantemente cometo los mismos errores.»
«No me hagáis caso a lo que digo. El grito siempre suena igual.»
Lo típico para una adolescente con problemas que además aun no superó del todo esa pérdida de su ser más querido. Y si recordamos que su hermano Prince Michael no lleva muy bien con la familia del mítico cantante pues imaginaos todo el pastel.