No es ningún secreto que Lindsay Lohan cada vez menos controla su vida. La lía parda semana sí, semana también. Entre las peleas, los accidentes de coches, los robes de joyas y las fiestas locas no sé como saca tiempo para trabajar. Y cada vez después de pasar por juicio la lianta de Lilo promete que a partir de ahora va a cambiar su vida por completo y va a dejar todas sus locuras atrás para siempre jamás.
Hace un par de semanas Lindsay apareció en The Late Show with David Letterman y habló sobre su último caso y sobre su rehabilitación actual (los anteriores no han tenido éxito alguno). La actriz contó a David Letterman que ella está llena de ganas de cambiar su vida y que este proceso de su desintoxicación es una «bendición».
Pero no todos creen en que esta vez vaya a ser verdaderamente la última. En concreto, el padre de Lindsay Lohan está muy escéptico con todas las promesas de su hija. Michael Lohan se ha puesto en contacto con la prensa para decir que no cree en que alguna clínica de rehabilitación puede rehabilitar a Lindsay. Elocuente padre incluso precisó de qué se está rehabilitando su hija: «sustancias estupefacientes, pastillas y cocaína».
De hecho ahora mismo Lindsay se encuentra en el festival de Coachella y su padre dijo que es la peor idea que se le podía haber ocurrido. Desde luego, recordando a Rihanna esnifando la coca desde la calva de su guardaespaldas el año pasad yo estoy muy de acuerdo con Michael Lohan.
Pero aquí podríamos decir que de tal palo tal astilla. El propio Michael Lohan más de una vez pasó por prisión y tuvo accidentes de tráfico por conducir ebrio. Con lo cual, buenas reflexiones, pero un poco tarde.