«Operación Triunfo» corre el riesgo de ser «Operación fracaso»

Operación Triunfo 2011” no ha empezado el año ni la edición con el mejor pie, y ni qué decir de la voz. Este concurso musical conducido esta vez por la morenísima Pilar Rubio, no presenta traza de seguir en la parrilla televisiva el tiempo estimado si sus conductores no le dan un giro de volante.

Se estrenó el domingo 16 de enero con un share del 17,3% y 2.778.000 espectadores, una cifra relativamente mediocre pero aceptable para seguir a pie de cañón. El “disgusto” vino con la gala de ayer, con la que el bombón de Pilar, no consiguió mantener a la audiencia frente al espacio de lloricas aspirantes a cantantes. El share fue del 13,7% y 2.180.000 espectadores. Una tristeza, un absoluto fracaso para un reality musical que lleva ocho años en antena acaparando televisores.

Quizás a que ya llevan muchos años con la misma filosofía y política, sin reseñables modificaciones como ha podido suceder con Gran Hermano, que ya aburren a las piedras pero siempre meten algún componente de enganche para el espectador. Risto Mejide no está. Risto era el verdadero peso pesado de la gala, la gente no veía los programas por oír a esos pobres aspirantes a cantantes de orquesta de pueblo, sino para liberar endorfinas escuchando al mordaz jurado del programa.

Si siguen en esta sintonía, cabe la posibilidad de que tengan que cerrar las puertas de la academia antes de finalizar el concurso, lo cual sería un golpe muy bajo para la cadena y su filosofía pleistocénica.

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