Britney Spears ha pasado en su vida por los nueve circulos del infierno. Infancia robada, éxito mundial temprano, problemas con las drogas y alcohol, matrimonios fallidos, brotes psicóticos, tratamientos de desintoxicación, pérdida de custodia de sus hijos y, finalmente, pérdida de control sobre sus cuentas. Para poder operar con su propio dinero, ganado por la cantante, o ocuparse de cualquier otra cuestión legal, ella tenía que hacerlo a través de su propio padre, que era su tutor legal hasta hace poco. Ahora la Jamie Spears comparte la tutoría sobre Britney con el marido de la cantante, Jason Trawick que la tutela en temas relacionados con la salud, la alimentación y el vestuario de su mujer.
Pues bien, ahora, a pesar de que la Princesa del Pop está ya casi totalmente recuperada, ella todavía necesita a alguien que le diga cómo tiene que vestirse, qué tiene que comer y en qué gastar su propio dinero. Y al parecer a Britney no le gusta este orden de las cosas. La cantante estadounidense quiere recuperar el control de su fortuna, de la que desconocemos la cifra exacta, pero la que será, sin lugar a dudas, más que desorbitada.
El portal Radar Online afirma, refiriéndose a una fuente muy próxima a la familia:
«Britney quiere poner fin a la tutela y no entiende por qué se está alargando tanto. Está preparada para volver a retomar las riendas de su vida»
Britney Spears habría presentado los informes médicos necesarios para recuperar su deseada libertad. Pero es probable que los médicos no opinan que la cantante está en su plena forma, ya que «su situación mental sigue siendo muy complicada».