Es bien sabido: ahí donde la religión se interfiere en los asuntos civiles de la sociedad, ahí reina la hipocresía y se puede esperar cualquier cosa. Ahora Lady Gaga podría convertirse en una especie de víctima del régimen islamista indonesio. Para los mandatarios del país Lady Gaga es, ni más ni menos, que «satánica» y la consideran una amenaza contra la moralidad del país. Vamos, todo una terrorista, sálvese quien pueda.
Las autoridades de Indonesia prohibieron el concierto de Lady Gaga, que en estos momentos se encuentra inmersa en su gira mundial «The Born This Way Ball Tour» desde el 27 de abril, en Yakarta por oposición de legisladores islamitas. Por «satánica» y por su vestuario y los bailes sexistas. Éstos amenazan la moralidad del país, incitan a la lujuria y corrompen a la juventud.
Frente de los Defensores del Islam dice que en el caso de que el concierto sea celebrado ellos reunirán a 30 mil manifestantes en contra. Pero otros sectores más radicales de esta organización incluso amenazaron a la integridad física de la cantante.
Por otro lado las 50.000 entradas se vendieron en un abrir y cerrar los ojos. Pero parece que todas tendrán que ser devueltas. Nadie sabe si finalmente Lady Gaga podrá subirse al escenario para que sus fans disfruten de su espectáculo. Así lo comenta la propia Lady Gaga en su Twitter:
«Monstruitos, tenéis que ser pacientes, por favor. Estamos intentando continuamente encontrar la forma de no cancelar el concierto por lo que os pedimos que seais pacientes»
En fin, no hay nada que añadir. Es muy triste que a menudo las creencias de unos se interfieren en la vida de otros. Lo floja tiene que ser la fe de los indonesios si es posible corromperlos y «destruir la fe» (como señaló el presidente del FPI, Habib Salim Alatas)