Kate Moss la lía “parda”.

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Kate Moss está realmente superándose a sí misma. Menudo espectáculo montó ella en la entrega de los premios que concede la revista masculina GQ a las personalidades más importantes del año. El evento, que tuvo lugar en Londres, estuvo protagonizado por los ridículos bailes, las contestaciones subidas de tono y las interrupciones de la modelo, según el Daily Mail. Moss aseguró que no volvería a una de esas “jodidas ceremonias”.

La modelo, que llegó tarde al evento y por la puerta de atrás, en lugar de pasearse por la alfombra roja, le robó todo el protagonismo a una avergonzada Lily Allen, mientras ésta posaba con el trofeo para los periodistas, según informa el diario británico «Daily Mail».

Más tarde, cuando entregó el premio a la Mujer del Año a la cantante Lily Allen, el verdadero motivo por el que se encontraba allí, se puso a bailar alrededor de una columna. Al quitarse la chaqueta, ésta se le quedó enganchada en la muñeca y la fue arrastrando por el suelo.

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Por si esto fuera poco, Moss fue grabada por una cámara mientras aseguraba que nunca volvería a “una de esas jodidas ceremonias”. El enfado de la modelo pudo deberse a una broma que le gastó el actor irlandés James Nesbitt, que presentaba la entrega de premios. Éste insinuó haber mantenido relaciones íntimas con Kate “justo antes de entrar en el escenario”.

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Sin embargo, esto fue sólo la culminación de una larga jornada para Kate, quien ya había tenido sus más y sus menos con Mickey Rourke, galardonado con el premio al Hombre Internacional del Año tras su reaparición pública con el film ‘El Luchador’. Al parecer, en la comida que se celebró previamente a la gala el actor provocó el enfado de Moss y de su novio, el rockero Jamie Hince, al acariciar el brazo de la modelo. Rourke, que iba acompañado de su nueva novia, una modelo llamada Elena, estuvo bromeando con su deseo de encontrar una novia inglesa, algo que al novio de Kate no le hizo demasiada gracia.

Via: Daily Mail

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