Miembro de una familia tradicionalmente vinculada al mundo de la interpretación. Su madre es la actriz Pilar Bardem y sus abuelos los también actores Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro; además es sobrino del director de cine Juan Antonio Bardem y sus hermanos Mónica y Carlos también se dedican a la actuación.
Su primera vocación no se encaminaba por estos lares, de hecho estudió pintura en la Escuela de Artes y Oficios y se convirtió en un destacado profesional del rugby amateur. Su primera aparición ese dio en el medio televisivo de la mano de su madre en la serie de televisión «El pícaro» y en 1990 Bigas Luna, su mentor y descubridor, le ofrece un pequeño papel en «Las edades de Lulú», basada en la novela ganadora de un premio Sonrisa Vertical, de la escritora madrileña Almudenas Grandes.
Antes de su debut cinematográfico había intervenido también en otras series para televisión como «Segunda enseñanza» y «Brigada Central», las cuales fueron grandes éxitos en su momento. Alcanza la popularidad con «Jamón, jamón» (1992) también de Bigas Luna, que es sin duda el director que mejor ha sabido explotar su talento. Por este trabajo fue nominado como mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián, nominación que repetiría al año siguiente con «Huevos de oro».
Sin embargo será en el año 1994 cuando se produzca su momento de consagración como nuevo y joven valor del cine nacional. Sin duda Javier Bardem ha tenido una carrera meteórica que lo ha elevado a la cima de la industria cinematográfica y prueba de ello son los numerosísimos premios que ha recibido, entre los que se encuentran: el fotogramas de plata de 1993 al mejor actor por «Huevos de oro»; El Goya al mejor actor 1n 1993, la Concha de Plata del Festival de Cine de San Sebastián al mejor actor y el premio Fernando Rey al Mejor actor de reparto del Festival de cine de San Sebastián de 1994 por la película «Días Contados». En 1995, el Goya al mejor actor, el premio al mejor actor del Círculo de Escritores Cinematográfico, el Fotogramas de Plata al mejor actor y el Ondas concedido por la SER, por la película Boca a Boca. También la Unión de actores le concedió en 1995 el premio al mejor actor de reparto por la película «Días contados» y en el Festival de cine de Peñíscola de 1996 le concedieron el premio Calabuch al mejor actor por «Boca a Boca».
De este modo podemos comprobar que en 1995 se convirtió en uno de los actores más reconocidos y premiados sobre todo por su excelente trabajo en «Días Contados». Es uno de los jóvenes actores más solicitados, su aspecto rudo, su nariz rota y su corpulencia física le dan cierto aire tosco, pero es capaz de mostrar muy diversos registros que nos descubren en él una faceta tierna y amable.