El actor Charlie Sheen, atualmente más famoso por sus escándalos que por sus trabajos en el cine, debió ser internado después de que la Policía registrara su habitación, en un hotel de Nueva York, a raíz de una denuncia anónima.
Al llegar al lugar, la Policía se encontró con una habitación destrozada, que incluía daños en el mobiliario y en una araña.
Estuvo acompañado en el centro de salud por su ex esposa Denise Richards, que se encontraba en otro cuarto en el mismo hotel con las dos hijas de la pareja, Sam, y Lola, de 5 y 6 años.
Al parecer, Charlie salió de fiesta, como acostumbra hacer, y volvió a su habitación con una mujer.
Después, al descubrir que le había robado todo su dinero, habría enfurecido.
A finales de 2009, Brook Mueller, ex mujer del actor, lo denunció, asegurando haber sido amenazada de muerte.
Charlie, por ese entonces, fue arrestado y liberado bajo fianza de 8.500 dólares, pero finalmente en febrero, y a pesar de la reconciliación de la pareja, fue condenado a pasar 30 días en un centro de rehabilitación de Los Ángeles «como medida preventiva» para controlar su temperamento.
Pero ante esta nueva situación queda claro que esa terapia no sirvió de mucho.