Se ha hablado mucho de la supuesta crisis entre Tom Cruise y Katie Holmes. La verdad es que la actriz se va ahogando bajo el peso de matrimonio con la estrella. Katie añora los tiempos en los que podía ir tranquilamente al supermercado vestida de forma “casual”. En vez de eso, debe interpretar constantemente el papel de «la señora de Cruise», hacer todo aquello que satisfaga a su marido. De alguna forma se encuentra atrapada en una jaula de oro, controlada por el sistema de seguridad de Tom, que cuesta la friolera de 1,3 millones de dólares. Cualquier amistad con la que se relaciona, gasto que hace o incluso su factura de teléfono, se encuentra bajo el control de su marido.
Que la pareja no estuviera en la primera celebración del cumpleaños de Victoria Beckham desató todas las alarmas, ya que parecía que Victoria no era del agrado de Tom y se especuló con que quería apartar a su esposa de la mala influencia de la “spice pija”.
El último encontronazo de la pareja surgió cuando Katie decidió dejar Los Ángeles con la hija de ambos, Suri, para retomar su carrera de actriz en Broadway (se rumoreaba que las conversaciones estaban avanzadas para su participación en la obra ‘All my Sons’ de Arthur Miller). Tom no transigió en que las dos se trasladasen a Nueva York, permaneciendo alejadas de su lado tanto tiempo. Por si fuera poco, el actor intentó presionar a su mujer para que volviera a quedarse embarazada. No sabemos si su intención era darle un hermanito a Suri o intentaba impedir, con todas sus fuerzas, que su mujer retomara su carrera profesional.
La pareja, o mejor dicho, Tom se ocupa de desmentir los rumores de crisis siempre que tiene la oportunidad. Ambos intentan transmitir una imagen de felicidad que no es real. Mientras tanto Katie sigue transigiendo a consta de su propia felicidad.
Después de dos matrimonios fallidos, Tom quiere tener todo bajo control para que no se escape “su mujer perfecta”. Según informa la última edición de ‘Star’, ha conseguido que Katie participe en un campamento de la iglesia de la cienciologia (algo así como unas convivencias) en las que la actriz ha sido duramente aleccionada en las doctrinas de su religión. Durante tres días ha estado recluida en ‘Gold Base’ (Sede Dorada) el campamento «supersecreto» de la iglesia de la cienciologia, situado en Hemet (California), donde las sesiones de trabajo pueden durar hasta 36 horas seguidas, durmiendo muy poco y comiendo escasamente.
Sinceramente creo que Katie ha sacrificado demasiado por su matrimonio con el actor de ‘Misión Imposible’, hace meses que no veo en ella una sonrisa sincera. ¿Será excesivo el precio a pagar por estar al lado de uno de los hombres más deseados del planeta?