De princesa a villana

La revolución ha llegado a Suecia, tras saltar la noticia de que la princesa Victoria y su recién estrenado marido, Daniel Westling, han sido denunciados ante la fiscalía anticorrupción, después de aceptar que un millonario sueco les pagase todos los gastos de su viaje de luna de miel, valorado en un millón de euros.

Bertil Hult sería este “generoso” empresario que pagó la luna de miel.

La semana pasada, el diario sueco “Dagens Nyheter” lanzaba un ataque contra la princesa Victoria, por haber aceptado algunos regalos de boda recibidos del empresario.

Aviones privados, yate, ‘chefs’ a su disposición, hoteles de lujo, viajes por medio mundo… Y todo a cargo de Hult.

Ahora, la Casa Real de Suecia tendrá que hacer frente a tres querellas que se han presentado en el país nórdico, a raíz del enlace matrimonial del pasado 29 de junio.

Al parecer, la pareja vivió una luna de miel de cuento, de esas de las que sólo unos pocos afortunados pueden presumir.

Esto ha hecho que algunos periódicos suecos recojan la hipótesis del soborno, como explicación a todo este derroche.

Nadie cree que el regalo sea por nada a cambio, ¿o no?

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