Dicen que medio mundo se ríe del otro medio pero de George W. Bush se ríe todo el mundo.
Su última actuación estelar: el show de la banderita de su país en los juegos olímpicos de Beijing. El todavía presidente del país más poderoso de la tierra no sabe ni colocar la bandera para que puedan verla correctamente los deportistas a los que está animando. Seguro que pensaría: «sí yo veo la bandera perfectamente, ¿cuál es el problema?»
El problema sigue siendo el nivel intelectual del que ha gobernado esa potencia mundial durante 8 años seguidos. Menos mal que su hija Barbara le avisó de su error y pudo animar a los suyos con un poquito más de dignidad.
A mi me viene a la cabeza (y no se por qué) esa canción que decía: «Te lo digo a la cara, te lo digo a la cara…IDIOTA»