La duquesa de York ha sufrido constantes depresiones al sentirse “gorda y fea” y pensar que nadie la quiere. Sarah Ferguson hizo estas sorprendentes declaraciones en un programa de la televisión británica para ayudar a las familias de su país a combatir la obesidad. «Cada minuto del día pienso que estoy gorda, soy fea y repugnante. Que no valgo nada y nadie me quiere«, confesó ante las cámaras.
En el programa de la cadena ITV, Sarah visitaba a una familia con bajos ingresos en la localidad británica de Hull para dar consejos sobre cómo seguir un régimen sano.
Sarah confesaba también que para superar su depresión, comienza el día con un baño helado, que le da fuerzas para afrontar el resto de la jornada. También critico a los que acusan a su hija Beatrice, de 19 años, de padecer obesidad, «No critiquéis a mi hija. Estáis equivocados. Beatrice tiene una saludable talla diez (una 38-40 española). Es una chica estupenda y con un gran corazón«.
La ex mujer del príncipe Andrés, ha sido portavoz de la organización norteamericana contra la obesidad ‘US Weight Watchers‘ y quiere hacer campaña en Gran Bretaña en contra del exceso de peso. Aunque, por otro lado, teme el recibimiento que sus compatriotas la puedas hacer tras doce años de ausencia (el tiempo que hace que Fergie abandonó el Reino Unido para trasladarse a Estados Unidos).
Sarah afirma que los malos hábitos alimenticios de los británicos pueden tener consecuencias graves para las arcas públicas; «si seguimos como hasta ahora, para el año 2050 el Gobierno va a tener que hacer frente a una factura de sanidad de 50.000 millones de libras” (63.000 millones de euros).
Tiene gracia que la duquesa haya tenido que venir del país con el mayor índice de obesos del mundo y que el que más comida basura rápida consume para decir a los ingleses que hay que cuidar la línea. Primero nos inundan con sus ‘fast food‘ y luego nos invaden con sus consejos para adelgazar. ¿No es irónico?