La guerra entre Tita Cervera y su hijo Borja Thyssen ha atravesado esta semana una nueva batalla legal, esta vez, por dos cuadros: Un Goya y un Tiziano que el heredero quiere que le sean reconocidos como propios y que su madre alega que no le pertenecen. Así las cosas, el juicio por estas dos obras de arte, que suman un cifra nada despreciable de 7 millones de euros, se abrió el pasado miércoles. Aunque la baronesa no acudió a la vista por no estar obligada si se refirió al asunto en una sincera entrevista para el programa del colaborador de La Vanguardia.com Albert Castillón en Punto Radio.
El letrado de la baronesa Thyssen, Gonzalo Martínez-Fresneda, argumentó en el Juzgado que esos cuadros pertenecen a su colección privada y que no hay ningún documento que demuestre lo contrario. Para ello aporta el testimonio de los abogados del difunto barón. Sin embargo, Borja Thyssen sostiene que el difunto se los donó, y esa fue la tesis que sostuvo su abogado, Pedro Mejías.
Ante el juez sí prestó declaración el director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, y el representante de la sociedad OMICRON, los cuales aseguran que nunca vieron un papel que relacionasen dichos cuadros con Borja. Todos llegaron a una misma conclusión y temor que Borja Thyssen pretenda “proceder de forma inmediata a la exportación y venta de estos cuadros, con el consiguiente daño para la colección”. Tras estas diligencias previas el juez debe decir si hay caso, o si por el contrario archiva el asunto.
Por otro lado Tita que siguió en la distancia el juicio, asegura que está desolada y no entiende nada y en cuanto a los cuadros que reclama su hijo, asegura que esos cuadros no son suyos y forman parte de una herencia. Añadió en la emisora Punto Radio en la cual colabora que:”No tengo su teléfono pero mi puerta está abierta. Solo tiene que decir: ‘Mamá, te quiero’, y todo se arreglaría. Él además recibe todos los meses una importante cantidad de dinero que le envío. No le falta de nada”.
Las últimas declaraciones de Borja Thyssen apuntaban a que su madre se hacía la víctima. Tras escuchar semejantes acusaciones, la Baronesa ha cogido el toro por los cuernos y ha respondido a su hijo asegurando que ni él ni su mujer ponen de su parte para arreglar el conflicto familiar que mantienen por la herencia del Barón. Cansada de toda esta situación, Tita Cervera ha asegurado que los cuadros que pide Borja no son suyos: «Si son en herencia no son suyos». Y es que, según su madre, el chico no es consciente de lo que está haciendo. «Lo que es duro es que tu hijo te ponga una querella. Una madre se pone muy triste cuando un hijo no sabe lo que está haciendo. Las personas que están alrededor suyo tampoco saben lo que hacen«, ha explicado.
Además, la Baronesa lamenta profundamente que su hijo, un chico preparado en estudios, un chico excelente, con una cultura muy grande y que siempre ha sido un señor se esté arruinando su reputación: «Me duele que mi hijo esté estropeando su imagen y me sabe muy mal que pierda su dignidad».
Sobre cómo poner fin a esta lucha en los tribunales, la Baronesa deja claro que Borja tiene la última palabra para que el conflicto familiar se arregle y se lo pone muy fácil: «Si me llamara y me dijera mamá, te quiero, ya está«, ha dicho asegurando que siempre ha estado dispuesta a hablar con su hijo cuando sea: «Yo nunca he cerrado la puerta de mi casa a nadie, jamás. Siempre he dicho que venga a casa incluso con sus abogados, pero no entiendo sus caminos. Está muy mal asesorado».
Tita Cervera admite que no reconoce a su hijo. «Hasta que tenia 19 años no era así, no pedía nada, no me dejaba que le comprase regalos, no quería nada, me ayudaba en todo, protegiéndome… no le reconozco ahora. Hay una cosa que no cambiará en la humanidad que es una relación entre una madre y un hijo. El cariño es una cosa que las personas que están alrededor de una madre y un hijo deben de ayudar a recuperar y no poner trabas. Mi hijo era un chico estupendo y ahora está irreconocible. No lo entiendo».
La baronesa ha dicho que todo se arreglaría si Borja le dijera un simple : » Mamá te quiero».