El mundo rosa en los Estados Unidos es de lo más variopinto. Y Kim Kardashian es uno de estos personajes de «alto nivel»…que genera noticias…en fin un tanto absurdas. La millonaria empresaria, y estrella de realities se hizo famosa en 2011 con Keeping Up with the Kardashians, un reality sobre su vida y milagros.
A la pobre casi todo el mundo la repudia pero resulta que se está haciendo hueco entre gente reconocida en el ámbito musical, entre los raperos, y entre algún que otro hecho a sí mismo, y esto molesta a las élites como a Anna Wintour, que públicamente ha demostrado su desprecio y a la que luego le ha hecho una portada en su revista Vogue. ¡Que raro es este mundo! y que hipocritilla…
Pues sí, la reina de la elegancia, imprescindible en cualquier acto de moda, la editora de Vogue, decía en el interior de la revista, a colación de la boda de Kardashian con Kanye West: “Uno de los grandes placeres de editar esta revista es mostrar a aquellos que definen la cultura en cualquier momento, aquellos que agitan las cosas, aquellos cuya mera presencia en este mundo le da forma”. Pero nadie olvida que no la invitó a la fiesta MET la fiesta en el Museo Metropolitan de Nueva York, post Oscars.
Lo que el público estadounidense precisamente parece que valora en ella es ese rechazo que genera en cierta elíte de famosos y su manera de afrontar las miradas altivas de los más «in».