Al final se han cumplido todos los rumores sobre esta pareja. La separación de Katy Perry y Russell Brand ya es un hecho. Así que los que apostaban que Katy y Russell no llegaban a su primer aniversario de boda se equivocaron por muy poco. Tras varias semanas separados, sin lucir sendos anillos de compromiso, el humorista británico ha solicitado ante el Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles la demanda de divorcio a Katy Perry. Llega el fin de un matrimonio de 14 meses de duración.
Eso es. La iniciativa para el divorcio viene por parte de Russell. Y ya nos podemos hacer una idea de como se encuentra ahora Katy, que está a punto de terminar su agotadora gira mundial y que prometía tomar unas largas vacaciones para dedicarse a su vida personal. Pero con este paso de Russell parece que quedará ya muy poco a qué dedicarse.
Al parecer el detonante de la separación fue una fuerte discusión respecto al destino para las vacaciones navideñas. Russell quería pasarlas en Inglaterra y Katy prefirió irse a Hawaii con su familia. Una tontería que acabó con el matrimonio.
Algunos amigos de la pareja señalan a la cantante como la culpable de que su matrimonio tuviese este triste final. Dicen que ella nunca se ha comportado como una mujer casada la carrera profesional para ella era más importante que vida familiar. Pero digo yo ¿porque cuando los hombres anteponen su carrera profesional eso se toma a la orden del día y si lo hace una mujer enseguida es ella la que no quiere comportarse como una «mujer casada»? Además Russell sabía con quien se casaba. ¿O es que él tenía alguna ilusión sobre las posibilidades de que una estrella de pop en zenit de su fama va y lo deja todo por él? O es iluso, o es un amante de las viejas reglas matrimoniales, una de dos.