Una distancia de 15 km es la que separa a la princesa Charlene Wittstock de de su recién estrenado esposo Alberto II de Mónaco. A pesar de que se reservara una gran suite con piscina privada en el Oister Box Hotel, de 4.000 libras la noche, la verdad es que allí solo se encuentra la exnadadora. Mientras tanto, Alberto se encuentra en el hotel Hilton, según afirma el diario ‘The Sun’.
La boda entre Alberto II de Mónaco y Charlene Wittstock no se caracterizó precisamente por sus momentos de felicidad y parece que la luna de miel ha ido por un camino parecido. No solo está siendo una luna de miel a distancia, sino que además será más que breve, y es que los príncipes acortaron sus vacaciones en Sudáfrica debido a los «negocios urgentes» que requieren de la presencia de Alberto en Mónaco.
Esta urgencia podría deberse al test de ADN al que se someterá Alberto para conocer su paternidad sobre su supuesto tercer hijo ilegítimo. Una noticia inesperada para Charlene que quizás fue el motivo de su intento de fuga antes de la boda.