La modelo inglesa Kate Moss por fin dará el ‘sí quiero’ el próximo viernes 1 de julio y curiosamente lo hará el mismo día que lo hará Alberto de Mónaco. La chica mala de las pasarelas a sus 37 años, se casará con su novio Jamie Hince, guitarrista de la banda The Kills.
En una iglesia cercana a su casa en el condado de Oxfordshire dejará atrás su soltería. La fiesta será un festival de música con las actuaciones de Snoop Dog, los Rolling, Beth Ditto e Iggy Pop ya que las celebraciones durarán tres días, y según la propia supermodelo, quiere que sea la fiesta del año.
Para ello, no ha reparado en gastos. Kate, ha contratado al staff del hotel Ritz de París para asegurarse de que todos sus invitados están perfectamente atendidos y alimentados durante todo el fin de semana. El banquete se celebrará en su casa de campo y al parecer Moss ha construido otra vivienda para que se alojen algunos de sus invitados. El pedido de bebida, vodka, champagne y Red Bull para todos.
La modelo, sin embargo, ha optado por un modelo de ceremonia muy distinto a la sobriedad del enlace de la realeza. En la de Kate Moss, tras una ceremonia sencilla en una iglesia cercana a su casa habrá una fiesta de rock y quién sabe qué mas, como en la reunión a todo trapo que protagonizó en la isla de Wright para despedir su soltería, en la isla de Wright.
En el segundo concierto al que acudió en el festival, de Glastonbury, la modelo perdió el anillo de compromiso –de 50.000 libras y repleto de diamantes, especula The Sun- mientras discutía con el personal de seguridad del evento, que le impedida el paso a la zona VIP.
El Daily Mirror especuló con que la boda de Moss tendría lugar en una isla siciliana, o quizás en Eivissa, donde su amiga Jade Jagger posee una casa. Los rumores de que la modelo se casó por el rito budista en la época no tan lejana en la que encadenaba escándalos con su anterior novio, el cantante Pete Doherty, nunca han pasado de eso, de la categoría de rumores.
Otra de las incógnitas del enlace será el vestido de novia de Moss, obra del polémico John Galliano. En el recuerdo está todavía la campaña publicitaria de Valisere que protagonizó la modelo poco antes de la boda de Guillermo y Kate, posando completamente desnuda, con un velo y un ramo de novia tapándose sus partes pudendas, para demostrar que sólo había una Kate en Londres, tal y como rezaba el eslogan. Estamos seguros que para un vestido de primera categoría, contactos no le faltan.