El verano siempre espera a Ana Obregón. Nunca llega si antes, la ‘reina de corazones’ no ha realizado su tradicional posado fresquito y playero. Había apuestas sobre si ‘Anita’ se atrevería a meterse en unas aguas que en esta época del año aún no están caldeadas, pero su sola presencia ya es una garantía y la actriz, con paso firme, se zambulló cual sirena en las aguas del Mediterráneo. Con un trikini azul turquesa y a sus 56 años, la madrileña demostró estar en buena forma. Brilló más que las incrustaciones de piedras de Swarovski de la prenda de baño .
«Aunque ya no soy una chica de 25 años, siguen contando conmigo«, explicaba la actriz que sigue siendo una mujer delgada y estilizada, aunque eso sí, como casi todas todas, en su cuerpo se pueden encontrar ya algunos signos de imperfección, como celulitis y de flacidez que si bien no es abunsdante si que existe, si. «Mi cuerpo está listo para una sesión de fotos como esta. Hasta la modelo más jovencita le pueden pillar en un renuncio con celulitis«, aseguró a la prensa.
Obregón, ya más cerca de los 60 que de los 50, sigue sintiéndose una mujer joven y aseguró que «lo importante no son los años de la vida, sino la vida de los años«. Ella, para demostrar que está exenta de complejos se hartó de girar y revolcarse en la arena, zarandeada por las mansas aguas de Estepona: por delante, de medio lado, sobre el sillón. Sólo una excepción: nada de mojarse más allá de la cintura y, mucho menos, estropearse el peinado y las extensiones.