Esta chica no para de generar escándalos, es más, creo que todos vosotros estaréis de acuerdo que hablar de Lindsay Lohan es hablar de polémicas y escándalos.
Lindsay, que está en pleno tratamiento de rehabilitación por drogas, ha vuelto a aparecer en el mundo del cotilleo gracias a una denuncia de unas de sus enfermeras.
Esta mujer sería una enfermera de la clínica de rehabilitación Betty Ford, donde la actriz intenta superar su adicciones.
El asunto es más que serio, y la policía ha iniciado una investigación al respecto.
Las versiones que ambas dan de lo ocurrido se contradicen, pero algunos datos básicos reconstruyen la historia.
Según el comunicado que emitió su represenante, Lindsay salió durante unas horas de la clínica para ir a la peluquería y, al regresar, la enfermera Dawn Holland la agarró fuertemente del brazo.
La estrella de Hollywood comenzó a llorar y llamó a la Policía para informar de lo ocurrido y recibir asistencia.
En el escrito se afirma que Holland siente antipatía por ella y que estaba deseando tener una excusa para enfrentarla ahora que su tratamiento está llegando a su fin.
Pero la enfermera no opina lo mismo, ya que según ella Lindsay salió con otras dos pacientes a dar una vuelta y regresó 10 minutos más tarde del toque de queda con un fuerte olor a alcohol.
A su llegada, ella ordenó que se tenían que someter a un test de alcoholemia, pero Lindsay se negó y la empujó violentamente.
Cuando se dispuso a llamar a la Policía, la actriz le «agarró de la mano derecha» para quitarle el teléfono, a la vez que le insultaba.
La enfermera no espero, tampoco, para llamar a varios medios de comunicación, de los más amarillistas, para contar «su versión» y hasta ofrecer documentos de la clínica.
La policía sigue investigando, mientras que la enfermera fue despedida.
Esperemos que este extraño episodio se aclare, por el bien de Lindsay, ya que podría tratarse de una estrategia de la enfermera para obtener dinero, aprovechando la mala fama de la actriz.