Hace unos días leía la edición mexicana de la revista ‘Hola’ y me quede absorto al comprobar que en su portada tenía más protagonismo la reconciliación de Cristian Castro con su madre que la boda de Shaila Durcal en Acapulco. La verdad es que hacía días que no sabíamos nada del cantante mexicano pero ahora vuelve a estar de actualidad.
Cristian esta en boga no por la reconciliación con su madre Veronica Castro, mujer de éxito en México (ha triunfado como actriz, cantante, presentadora y productora de televisión), sino por las acusaciones de homosexualidad que ha lanzado su ex-mujer, la argentina Valeria Liberman.
Cristian ha salido rápidamente a defenderse de estas acusaciones e intentar mantener su reputación de galán. «Es una gran mentira que tiene bien montada. No creo que tenga ninguna evidencia y, si existe, debe ser un fotomontaje», se “defendía” en declaraciones al diario ‘El Universal’. En el amor y en la guerra todo vale y Valeria no ha hecho más que atacar al cantante desde que terminó su relación, acusándole incluso de maltrato.
Aunque negó reiteradamente todas las acusaciones reconoció que «En algunas ocasiones pueden darse unos rasguñitos cuando se ha querido mucho». También aprovechó para reprochar a su ex que airee detalles de su relación «Me parece muy triste y poco acertado que las parejas hablen mal cuando terminan. Todo lo que pasa en un matrimonio es a puerta cerrada y ahí debe quedarse».
Finalmente Cristian aclaró que su matrimonio no terminó por sus inclinaciones sexuales. Culpó a la religión y a la personalidad de ambos como fuente de disputas.
En cualquier caso, cuando menos es “sospechoso” que alguien se defienda de antemano diciendo que “las posibles fotos que evidencien su homosexualidad son un montaje”. Esto me suena a que el cantante ha visto fuego antes de que salga humo. ¿Existirá realmente alguna foto comprometedora?