Las antiguas paternalistas tradiciones obligaban al hombre primero a pedir la mano al padre de la mujer la que quería como esposa. Jason Trawick no falló en ello. Dicen que primero él obtuvo el consentimiento del padre de la cantante. No sé que dicen las tradiciones antiguas sobre las rupturas, pero resulta que aquí Jason Brawick también decidió seguir el mismo guión y antes de anunciar la ruptura a la propia Britney el chaval lo consultó con Jamie Spears.
Y es que según estos dos hombres Britney Spears todavía es demasiado frágil para poder afrontar así de buenas a primeras este tipo de noticias, que no son plato de buen gusto para nadie. Por eso Jamie Spears decidió primero preparar a su hija, previamente excluyendo a Jason Trawick de la lista de tutores legales de la cantante. Además entre Jason y Jamie a solas ellos acordaron todo tipo de detalles como la mudanza de Trawick o sus relaciones con la prensa.
Al parecer la pobre Britney no participó de ningún modo en este acontecimiento. Dicen que ella no sabía nada de nada. Incluso ahora ella sabe que ya no habrá boda y que Jason ya no es su tutor legal pero todavía no se da cuenta de que su relación ha terminado.
La verdad eso de que los familiares tengan tanto poder de decisión en los momentos tan personales en la vida de Britney Spears me parece tremendo. Tiene pinta de ser el guión de una mala película sobre el Medievo. Con esto de que Britney «está frágil» los justifican cualquier cosa. ¡Menuda gente!